lunes, 27 de junio de 2011

Detrás de "Olvidados en medio del frío"

Es un poco autorreferente hacer una crítica de un cuento que uno mismo escribió, pero esto nace a raíz de lo que la mayor parte de la gente me dice cuando lee el cuento, y que fue también una de mis intenciones al escribirlo.

"OLVIDADOS EN MEDIO DEL FRÍO" es un trabajo realizado para el concurso de cuentos "3:34, MI RELATO DEL TERREMOTO" organizado por la Editorial Nueva Patris durante el año pasado. En dicho concurso obtuvo Mención Honrosa y, hasta donde sé, una gran acogida entre la gente que lo leyó.

Uno de los principales aportes que este cuento hace a todo el tema del terremoto no fue el gran dolor ante los cientos de animales que sufrían y eran ignorados por la gente en las calles, sino el problema de la pobreza al punto de poner a la persona al mismo nivel que los animales.

¿Qué diferencia hay entre un perro callejero y un anciano indigente? Al parecer no es mucha. Ambos ignorados, ambos olvidados, ambos despreciados... Ya es hora de que la pobreza nos mueva el piso y nos obligue a actuar. No solo a donar y asistir a los pobres con cosas materiales, sino a ver en ellos la misma dignidad que vemos en cualquier persona.

No los olvidemos en medio del frío.


lunes, 13 de junio de 2011

Olvidados en medio del frío

Como cada noche, dormían en la calle, junto a un paradero de micros y entre algunos cartones esperando que alguien se apiadara de su situación dándoles algo de comer o algún abrigo. Se veían forzados a agruparse para aplacar el frío aún en verano. La madre de los tres pequeños estaba preocupada de los gemelos, los menores, pues no se habían sentido muy bien de salud durante los últimos días. Sin embargo eso no era lo que más los preocupaba: los cuatro tenían un sentimiento extraño esa noche y, a pesar del cansancio por haber caminado todo el día por la ciudad en busca de alguna oportunidad que cambiara su situación actual, ninguno podía dormir.

El mayor de los hermanos intentaba conciliar el sueño y mantenía sus ojos cerrados. Al abrirlos se dio cuenta que sus dos hermanos pequeños también estaban despiertos. Se miraron fijamente y, sin saber porqué, se abrazaron aún más fuerte. El mayor miró a sus hermanos con un rostro que reflejaba una extraña preocupación. Antes de poder expresarles algo comenzó a moverse el suelo, dejando caer unos cartones y unas ramas de un árbol cercano sobre ellos. No supieron que hacer, nunca habían vivido algo similar y, sinceramente, no sabían lo que sucedía. Los gemelos estallaron en llanto. La madre intentó mantener la calma pero fue imposible, uno de los pequeños comenzó a correr hacia la calle y ella lo siguió indicando al primogénito con la mirada y un gesto con su boca que se quedara cuidando al otro gemelo. Ella corrió fuertemente y cuando lo alcanzó le vociferó por lo que acababa de hacer mientras la tierra seguía aún en movimiento.

El sismo ya cesaba, pero la tranquilidad no volvía. Los hermanos y su madre se abrazaron nuevamente y se acariciaron con la conformidad de estar todos juntos. La gente salía a la calle y pasaba por al lado de la familia vagabunda como si no existieran, estaban muy preocupados de sus propios problemas. Se sentían olvidados, hasta que un niño que caminaba junto a su padre se detuvo junto a ellos y dijo:

- Papá, mira ¿por qué a ellos nadie los ayuda?

- Porque... eeh.- El hombre no sabía muy bien qué responder, se sentía avergonzado.

- ¡Ayudémoslos nosotros!- insistió el pequeño.

- Está bien.- dijo el padre agachándose y acariciando al mayor de los hermanos.

Al ver esto y notar la acogedora actitud del niño y su padre, los gemelos comenzaron a mover su cola y luego la madre ladró alegremente dando vueltas alrededor del niño.

Desde ese día los cuatro perritos encontraron un hogar donde vivir, y nunca nadie los olvidó.

miércoles, 8 de junio de 2011

Bien en el fondo del Café Azul

Hace unos días escribí un cuento llamado "En el fondo del Café Azul" que prometo publicar lo antes posible en este sitio. No puedo hacerlo aún, porque está participando en un concurso literario y para ello debe ser inédito.

Adelanto, de todas maneras, que el relato trata de las oportunidades en la vida, del futuro, y de las "profecías autocumplidas".

¿Cuantas veces vivimos preocupados del futuro descansando en la gran cantidad de posibilidades que la vida nos ofrece, pero no nos damos cuenta de que -además de esa inmensa gama de oportunidades- están también las que nosotros podemos construir?

Lamentablemente debe ocurrir algo casi mágico o trágico, en otros casos, para tomar conciencia de ello y construir nuestro mañana desde el HOY.